Quien piense que abriendo una página en Facebook y una cuenta en Twitter los fans / clientes / compradores llegarán sin más, está muy equivocado.
Nos venden la moto de que el marketing en redes sociales es una apuesta segura y además funciona solo. Una vez te lo han vendido, ves que no funciona bien y te pillas un enfado grande, y además ves que hacer campañas a través de Facebook o Twitter no sirve para nada.
Esto no consiste en pulsar un botón y olvidarse hasta ver los resultados, porque en tal caso verás un número: 0 conversiones. ¿Por qué ocurren estas cosas?
1. No focalizar
Mientras que de vez en cuando viene bien publicar cosas fuera del tema principal, no es bueno bombardear continuamente con información que no tenga que ver nada con el núcleo de trabajo. Si cambiamos con frecuencia de asunto, al final conseguiremos crear confusión en la audiencia, con lo que no focalizarán en lo que a nosotros nos interesa.
2. Esfuerzo inconsistente
El marketing en redes sociales requiere de un esfuerzo constante y diario. Si estás presente durante una semana y a la siguiente desapareces, parece que te desentiendes del asunto y que no le das importancia.
3. Falta de engagement
Si vas a utilizar las redes sociales para lanzar campañas, o simplemente estar más cerca de tu audiencia, hazlo bien. Con esto me refiereo a que exista interacción entre la marca y los usuarios, responde a comentarios-preguntas e intenta poner atención.
4. Contenido insuficiente
A mayor contenido, mayor probabilidades de enganchar a tus usuarios. Si lo único que haces es publicar uno o dos posts por semana en el blog, podrías estar perdiendo posicionamiento con respecto a la competencia. No tienes obligación de producir todo el contenido, comparte enlaces, vídeos y fotos relacionados con el ámbito de la empresa y sus clientes. Asegúrate de que compartes material con un potencial interés entre tus usuarios. Compartir equivale a tener usuarios leales a tu marca.
5. Un recurso para ellos
Si vendes piezas de coche por Internet y quieres tener un blog, escribe sobre temas que le pueda interesar a tu clientela, como por ejemplo: “Consideraciones a la hora de cambiar el aceite”, “¿Qué significan los indicadores de un neumático?”. El objetivo no es vender tus productos en un blog, porque ese tipo de cosas se suelen realizar más en las redes sociales, sino convertirte en un recurso experto para tus clientes. Las publicaciones deben mantener un ratio de 9:1 , 90% de información y 10% de venta, aplicable a Twitter.
6. “Dejad que los followers vengan a mí”
Sientate en la silla de oficina delante del portátil a esperar a que suba el número de followers de tu cuenta de Twitter, deja pasar una semana…. ¿Cuántos tienes, aparte de tu círculo cercano de amigos? Busca activamente nuevos usuarios que te sigan en la página de fans de Facebook, asi como nuevos followers para tu cuenta de Twitter. ¿Cómo se hace eso? Publícate en plataformas de publicidad como Google o Facebook, haz follow a otros usuarios en Twitter esperando a que te hagan un follow-back y que les guste lo que haces, etc.
7. No vender suficiente
Si le preguntas a alguien «¿Sabes lo que hacemos?» y te responde algo confuso, entonces estás vendiendo demasiado poco tus servicios-productos, o no lo estás explicando bien. Tendrás que ajustar el ratio comentado en el punto 5 para llegar a tus objetivos sin ser un spammer.
8. Olvidarte del tráfico de tu web
Compartir en las redes sociales está bien, pero no olvides enlazar a tu web. Es fácil generar tráfico justo cuando acabas de compartir un post que has publicado.
9. Demasiado optimista
Rara vez consigues muchas ventas utilizando las redes sociales y el blog de la empresa, por lo que no esperes demasiado. Hay más fuentes para conseguir los objetivos.
Fuente: Baquia