En mi carrera profesional he tenido la oportunidad de liderar equipos de trabajo multidisciplinarios que se han convertido en equipos de alto rendimiento. En base a estas experiencias he recopilado 12 Habilidades Fundamentales para tener Éxito en tu Profesión, independientemente el área en la cual ejerzas tu trabajo.
A continuación cito cada una de estas habilidades y describo brevemente por qué es fundamental que las tomes en cuenta para tu éxito:
1. Aprender a Escuchar: Quizá hayas leído por ahí que “oír y escuchar son dos cosas distintas” o que, “para algo Dios nos dio dos oídos y una sola boca”. Pues bien, cuando decimos que la primera habilidad es aprender a Escuchar, nos referimos a que se debe poner mucha atención a lo que nos están explicando, para luego poder hacer algo al respecto. Saber escuchar tiene que ver con no tener la cabeza en otro lado mientras nos están hablando, no tratar de deducir lo que aún no nos han dicho, no atropellar al que habla interrumpiéndolo antes de que termine (asumiendo que ya entendimos lo que quiere), hacer preguntas aclaratorias a la persona que nos dijo algo para asegurar que entendimos perfectamente lo que nos ha planteado, concentrarnos en lo que realmente nos están diciendo y no solo en las palabras que están utilizando (lenguaje verbal, corporal, emocional, etc.). Quien escucha bien ya ha dado el primer paso para ser un excelente profesional.
2. Aprende a Escribir: Aunque esto suene medio tonto, aprender a escribir no solo tiene relación con la buena ortografía y la buena redacción, sino que, una vez que hemos aprendido a escuchar, debemos escribir inmediatamente lo que hemos entendido para que “no se lo lleve el viento”. Hay personas a las que les explicas algo y se limitan a escuchar, para luego decirte “Ok, ya entendí, lo haré”, pero no ves que escriban nada de lo que les has dicho. Esto es un signo claro de que la persona confía en exceso en su memoria y por ende fallará cuando olvide todo o parte de lo que se le dijo. Es muy sencillo, la memoria temporal se esfuma!. Si no escribes no podrás luego revisar qué fue lo que se te dijo y por ende comenzarás a accionar erráticamente. Escribir no se trata solo de hacer garabatos que crees que seguro entenderás posteriormente, esto es confiar en la memoria de los garabatos, lo cual también se esfuma!. Escribir bien es asegurarse de que lo que has anotado es lo correcto porque lo has comprobado en la conversación y lo has redactado bien para que no haya ambigüedades.
3. Aprende a Preguntar: Hay personas que por miedo o por autosuficiencia se limitan a no preguntar las cosas y se lanzan solos a hacerlas. Luego, cuando se consiguen con algo que les cuesta resolver, tardan horas y horas para deducir como solucionarlo, quedándose pegados en el asunto, por lo que se vuelven ineficientes. No se trata de que te vuelvas un “pepito preguntón” que no puede analizar las cosas por sí mismo y tiene que estar preguntando todo cada cinco minutos, sino de que te tomes un tiempo razonable para tratar de deducirlo por ti mismo y, cuando veas que ya tienes media hora pegado y no lo has podido resolver, entonces pregunta a quien tenga más experiencia para que te saque de la duda y puedas avanzar.
4. Aprende a Razonar: Mucha gente escribe para luego hacer lo que le toca sin antes pensar un poco en el por qué y cómo deberá hacerlo. Un dicho conocido es “El sentido común es el menos común de los sentidos”. Esto sucede cuando no nos tomamos el tiempo de razonar lo que se nos ha dicho y hemos escrito, para entender cuál sería el camino a seguir más idóneo, productivo y eficiente. Si nos lanzamos a hacer algo sin tomarnos el tiempo de razonar, es muy probable que patinemos y nos estrellemos más temprano que tarde. Quien no razona no puede crear, por ende, no puede innovar, ni tampoco buscar ser mejor y diferenciarse en lo que hace. A su vez, en este proceso de razonamiento debes incluir la planificación de cómo llevarás a cabo lo que te tocará realizar. Una cosa importante es que sepas que 10 minutos de planificación ahorran 10 horas de ejecución.
5. Aprende a Accionar/Aplicar: Esto es, si ya has escuchado, escrito y razonado lo que tienes que hacer, ahora debes poner manos a la obra. No puedes quedarte pensando o soñando todo el tiempo. Las cosas no se hacen por obra y gracia del espíritu santo. Como dice mi padre, “a Dios rogando y con el mazo dando”. Si no te pones a trabajar y hacer lo que te corresponde, otro lo hará, y los demás nos daremos cuenta que tú no haces falta.
6. No seas Impulsivo(a): Existen personas que son muy impulsivas. Primero lanzan las flechas y después ven a qué le pegaron. De esta forma se convierten en “Lanzadores de Flechas Profesionales”, o dicho de otra forma, personas altamente ineficientes que trabajan por ensayo y mucho error. Esto no quiere decir que siempre te las vas a saber todas por lo que jamás vas a lanzar una flecha, sin embargo, aunque te toque lanzar algunas flechas a ver si “la pegas”, nunca las lances a priori; primero razona, planifica, mide las consecuencias de la flecha que vas a lanzar y luego entonces podrás lanzarla con el riesgo controlado. No te atropelles a ti mismo y en el camino atropelles a los demás. Del apuro solo queda el cansancio, o como dicen que decía Napoleón “vístanme despacio que estoy apurado”. Si quieres ser eficiente no seas impulsivo.
7. No tengas Miedo: Si hay una gran verdad es el hecho de que “el miedo paraliza”. Cuando te enfrentes a una situación de cualquier índole, es válido que tengas alguna duda o temor de no poder superar algún desafío, sin embargo, si no lo intentas nunca sabrás si podrías haberlo superado. El miedo debe quedar relegado a la capa en la cual mantenemos los sentidos despiertos, pero nunca ser el protagonista de la película. Si dejas que el miedo se anteponga a tus pensamientos y tus acciones, entonces te quedarás verdaderamente paralizado y no vas a llegar muy lejos en tu profesión.
8. No seas Necio(a): Ser necio significa ser suficientemente terco como para no aceptar o seguir las recomendaciones de las personas que te guían y que por lo general tienen más experiencia que tú. Si bien es cierto que tener tu propio albedrío es importante y que intentar cosas nuevas permite innovar y avanzar, también es cierto que la experiencia nos ayuda a no chocar con la misma piedra dos veces. Cuando te pones muy necio, por lo general terminas dándote en la cara con la piedra que se suponía que no debías tropezar. Los necios no saben escuchar, por lo que violan la primera habilidad que citamos en este artículo. Si consideras que las cosas se pueden hacer de otra manera, plantéalo y luego escucha las razones o consejos que las personas con más experiencia te puedan dar al respecto, buscando hacer finalmente lo que sea más asertivo.
9. Se Proactivo(a): La gente que se queda en su zona de confort esperando que le digan todo lo que tienen que hacer, por lo general no crecen en las organizaciones y terminan quejándose de que no se les dan las oportunidades que “merecen”. Si quieres crecer en la organización a la que perteneces, ponte las pilas y trata de estar siempre un paso más adelante que los demás (sin atropellar). Ser proactivo significa que “cuando yo voy, tú ya has ido y venido tres veces”. Quien es proactivo no presenta los problemas y ya, sino que los plantea con las posibles múltiples soluciones de tal forma que se puedan tomar las mejores decisiones en el menor tiempo posible.
10. Se Metódico(a): Las normas, los procedimientos y las metodologías se han creado para que puedas llegar a tu destino de la mejor forma posible sin quedarte “pegado” en el camino. Luego, vienen los que se creen más vivos o más audaces y piensan que eso es un fastidio, comienzan a comerse las curvas, y terminan estrellados. Cuando eres metódico, comienzas por tener un plan de acción, que luego aplicas correctamente de tal forma que siempre sabes de dónde vienes, para dónde vas, y por qué lo haces. De esta manera nunca te agarran desprevenido y sabes responder correctamente a lo que se te pregunte acerca de tu trabajo.
11. Se Comunicativo(a): Hay quienes prefieren trabajar solos, sin embargo, quien va solo quizá llegue más rápido, pero quien va acompañado puede llegar más lejos. Esto tiene relación con el trabajo en equipo. Un equipo no es lo mismo que un grupo. Un equipo persigue un objetivo común logrando sinergia, es decir, logrando que dos más dos sea cinco y no solo cuatro. Lo primero que tienes que tener para lograr trabajar en equipo es una buena comunicación. Si te aíslas y no te comunicas con los demás, te quedarás por fuera como la guayabera (camisa de origen cubano que se usa por fuera de los pantalones). De hecho, si te aíslas perderás tu capacidad de verbalizar tus ideas en una conversación por lo que te costará más lograr que otros te entiendan y te apoyen en lo que necesites.
12. Se Focalizado(a): Esto significa que no puedes ser eficiente si tienes la cabeza en todas partes. En la vida uno tiene que aprender a focalizarse para poder sacar las cosas adelante. El que mucho abarca poco aprieta. Esto es, por ejemplo, que hay gente que quiere estar aprendiendo de todo, todo el tiempo, con lo cual lo que logran es tener un océano de conocimiento con un centímetro de profundidad. Hay personas que engordan su currículum pero no crecen profesionalmente. No se trata de engordar sino de crecer. Si no te focalizas no serás eficiente. Debes focalizarte, es decir, concentrarte en una cosa a la vez y hacerla en forma excelente. No te dejes atrapar por tantos elementos de distracción que hoy en día atentan a cada rato contra tus resultados (ej. Redes Sociales, WhatsApp, etc.).
Bien, espero que estas habilidades sean pan de cada día en tu vida y que al practicarlas te conviertas en un extraordinario profesional.
Recibe un abrazo. Éxito 😉