El que quiera ser Líder debe ser el primer servidor. El verdadero Líder es aquel que se dedica a eliminar los obstáculos para que sus seguidores puedan cumplir su cometido. Esto implica que debe trabajar el doble para servir a todos.
Un Líder debe ser un maestro que guía a sus seguidores por el camino correcto, sin desesperarse, sino con la sabiduría que le da su necesidad de servir.
Un Líder debe asumir la actitud del formador, sin entrar en discusiones sino con una conducta que permita a sus seguidores reconocer sus situaciones y estar atentos a corregir y mejorar su camino, haciendo preguntas y orientando en sus respuestas.
Ser un Líder implica dedicar mucho tiempo para lograr ser el mayor de los servidores, por su propia formación y en la puesta en práctica de sus servicios continuamente. Muchos ven eso como un gran sacrificio, sin embargo, un verdadero Líder lo ve como un acto de amor a su prójimo.
El Líder debe estar preparado para sentirse muchas veces solo e incomprendido, sin embargo, debe entender con humildad que eso es parte del privilegio de lograr ser el mayor servidor, siendo el último en beneficiarse pero sintiéndose feliz de ayudar a los demás, sin esperar ninguna gratitud o recompensa. El Líder hace el bien sin mirar a quien.
Seamos Líderes de nuestras familias, nuestro trabajo y nuestra comunidad, sirviendo a todos sin mezquindad y sin intereses por ser los primeros sino por ser los mejores servidores. Si hacemos felices a los que nos rodean nosotros seremos también muy felices.