La vida no nos pertenece. Es un regalo y tenemos que dar cuenta de ella. Debemos comportarnos sabiendo que llegará el momento en el cual responderemos.
Se nos han dado habilidades, talentos y cualidades que nos hacen distintos a los demás y son la posibilidad de que podamos seguir adelante, sabiendo además que eso no nos hace ni peor ni mejor que nadie.
Debemos hacer crecer nuestras habilidades, talentos y cualidades, haciéndolas producir al servicio de los demás. Somos llamados a dar lo mejor de nosotros, el fruto de nuestra mente y nuestro corazón. No podemos quedarnos esperando que las cosas se resuelvan solas. Nuestra vida se alarga siempre que estemos activos disfrutándo de todo lo que hacemos, y eso no depende de otros sino de nosotros mismos.
Debemos emprender a pesar de los vientos en contra, doblegando los obstáculos, con pasión y entusiasmo, con ganas de salir adelante, sin darnos por vencido, haciendo uso de todas nuestras habilidades, talentos y cualidades.
Si queremos más, demostremos primero que podemos con lo que ya tenemos. Si somos fieles en lo poco, se nos dará más.
Un emprendedor no es sólo aquel que puede crear una empresa, sino todo aquel que en donde se desempeña da lo mejor de sus habilidades, talentos y cualidades para el beneficio de todos.
Necesitamos hombres y mujeres ejemplares, aprendiendo a serlo trayendo alegría a nuestras familias y comunidad.
Que Dios nos bendiga a todos … cuídense 😉